Segunda época, número 11, enero-junio 2021, pp. 158-178.
Fecha de recepción: 11 de septiembre de 2020.
Fecha de aceptación: 05 de enero de 2021.
Autor: Raúl Salgado Parra.1
Resumen
El presente trabajo presenta y analiza las redes sociales de los migrantes como resultado del tejido social que crean estos colectivos en los espacios transnacionales como las grandes ciudades, que tienden a fortalecerse y madurar debido a diversos sucesos socioculturales. Los guerrerenses en la ciudad de Chicago, Illinois, y su periferia han mostrado poseer una amplia red de apoyo con la participación de diversos actores sociales pues han logrado una cobertura más o menos exitosa tanto para aquéllos en estatus regular como irregular. Instituciones gubernamentales, empresas, clubes y sociedad civil han creado una red que ha logrado sobrepasar la frontera y roto paradigmas entre México y Estados Unidos pese a los tiempos difíciles tal como el que experimentamos actualmente con el COVID-19.
Palabras clave: redes sociales, migrantes, red de apoyo, guerrerenses, COVID-19.
Human social networks in times of Covid-19. The case of guerrerenses in Chicago, Illinois
Abstract
The present work features and analyzes the social networks of migrants as a result of the outcome of the social system context that gets created by those groups in transnational spaces such as large cities which tend to be reinforced due to different socio-cultural events or issues. The guerrerenses in Chicago and its suburban areas have shown to have a wide support network due to the activity of different actors as it has manage to provide coverage more or less successfully to both regular and irregular migrants. Government institutions, companies, clubs and civil society have created a network that has overstepped the borders and has broken paradigms related to both countries even through challenging times such as the one we are experiencing right now due to COVID-19.
Keywords: social networks, migrants, support network, guerrerenses, COVID-19.
Introducción
Desde finales de 2019 la creciente incidencia y aparición de una nueva enfermedad viral alertó las agendas de los gobiernos del mundo, de la iniciativa privada y de la sociedad civil. El panorama real de lo que se avecinaba no se hizo evidente sino hasta entrados en el primer trimestre de 2020. El virus SARS-COV-2 se afincó en casi todas las regiones del planeta dejando aisladas a las personas en distintos niveles y obligándolas a vivir una nueva normalidad. La humanidad nuevamente se puso a prueba para sobrevivir una eventualidad que dejaría en evidencia a los grupos más vulnerables.
Presenciando un panorama adverso en lo económico y lo social, el COVID-19 ha creado un escenario que ha afectando a la sociedad en distintas magnitudes dependiendo de las características del grupo o colectividad. Uno de esos grupos vulnerables son los inmigrantes. Los colectivos migrantes afincados en los grandes centros transnacionales, espacios donde ocurren diversas relaciones e interconexiones debido a la globalización, son aquéllos que han tendido a sufrir exponencialmente las recesiones económicas, problemáticas sociales, entre otras (Solé, 2007).
Los colectivos migrantes son parte importante de esas redes sociales humanas que se desarrollan en el espacio trasnacional, sin embargo, el grado de vulnerabilidad es muy evidente y éste dependerá de acuerdo a la situación o perfil del migrante. La perdida de empleos, la escasez de los mismos, el miedo a asistir a centros de salud en caso de contagio ante un posible retorno forzado, la falta de insumos para alimentos y hasta pérdidas humanas, son sólo algunos de los destinos adversos que experimentan los migrantes en Estados Unidos en estos tiempos de COVID-19.
La identidad y la cultura son constructos que van tejiendo una red social bastante fuerte, organizada y con reconocimiento socio-étnico, familiar, de paisanaje o amistad (Durand, 2005) y que resulta importante para aquéllos que se encuentran en su lugar de origen como para aquéllos que decidieron migrar en busca de un bienestar económico y social (Tamayo, 2008). Estos entramados sociales creados por la identidad cultural en tiempos complicados como el que se experimenta en lo que va de 2020 evidencian tanto sus virtudes como sus deficiencias, así también el rol que juegan los diversos actores sociales en las redes sociales humanas.
La identidad cultural mexicana, una de las tantas que se encuentran dentro de esos espacios, como la ciudad de Chicago y su periferia, ha logrado mantener sus redes sociales humanas y ha logrado desarrollar una extensa red de apoyo que ha permitido que se dé cobertura a aquéllos en situación vulnerable. Los lazos entre paisanos y el apego al terruño han fortalecido mucho más a esa red en tiempos de pandemia.
La necesidad imperante de subsistir ha generado el fortalecimiento de las redes humanas, pues a raíz de la pandemia se han creado varias herramientas gracias al tejido social de los migrantes en Chicago como: comedores temporales, centros de acopio, redes de distribución de medicinas y víveres, servicios religiosos virtuales, atención médica presencial o virtual, apoyos en efectivo, asistencia legal en materia de vivienda, derechos laborales, entre otros (Consulado mexicano en Illinois, 2020).
El caso de los migrantes guerrerenses, una de las tantas colectividades que se encuentran dentro de la sociedad transnacional de Chicago han afrontado el impacto del COVID-19. El motor de la identidad cultural de ese colectivo ha permitido que exista una activa red de apoyo que va desde los mismos migrantes como sociedad civil hasta la participación de clubes, asociaciones, Organizaciones no Gubernamentales (ONG), la alcaldía de Chicago, y de la participación del estado de Guerrero y del gobierno federal en México.
Reconociendo que los principales tópicos del presente trabajo son la red social de apoyo y la vulnerabilidad de los migrantes, sin importar su estatus legal en tiempos de pandemia, el objetivo de este trabajo es ahondar en las relaciones sociales ya existentes en las comunidades migrantes y las acciones de los actores sociales en la red de apoyo y cómo funcionan en tiempos del COVID-19. El presente artículo, debido a la fuente de los datos e información, se realizó a manera de estudio de campo sobre la comunidad migrante guerrerense[1] en la ciudad de Chicago, Illinois, y su periferia en tiempos de pandemia durante el primer semestre de 2020.
El trabajo de campo consistió en la realización de entrevistas de manera presencial y telefónica a expertos en la migración mexicana en Estados Unidos y de la situación de los migrantes guerrerenses en Chicago de manera general y en tiempos de pandemia, así como una entrevista a profundidad a una familia guerrerense de amplia tradición migrante. El trabajo de campo también conllevó al análisis y recuperación de artículos noticiosos contemporáneos obtenidos en medios digitales de prestigio donde se han expresado las posturas, pronunciamientos y acciones de los actores de la red de apoyo en tiempos de COVID-19.
Breve contexto de la identidad cultural guerrerense
De acuerdo con José Betancourt (2020) coordinador del departamento de cooperación e internacionalización de la Universidad Autónoma de Guerrero, los guerrerenses son ciudadanos aguerridos, valientes, trabajadores y tenaces en lo que se proponen. Son siempre orgullosos de su origen y su cultura y se identifican con diversos elementos que se traducen en tradiciones y costumbres provenientes de las diversas regiones que conforman a la entidad federativa. Betancourt (2020) destaca que a los migrantes guerrerenses se les conoce porque aprenden los oficios muy rápido y por hacer buenos trabajos usando la improvisación, además de contar con redes transnacionales comunitarias a manera de clubes o asociaciones de oriundos que se apoyan entre sí, sin discriminar su procedencia o estatus. Sumando a esa descripción, el guerrerense se diferencia de las otras entidades federativas por su alegría, por siempre buscar el bienestar propio y de otros y sobre todo por ser excelentes anfitriones, aunque algunos calificativos de revoltosos hayan crecido alrededor de ellos (Herrera, 2011).
Los guerrerenses, históricamente son bastante organizados en temas de religión, de tradición y de costumbres. La memoria histórica del guerrerense conjuga diversos elementos de carácter festivo o temáticas de carácter cívico militar. La organización de comités, clubes, asociaciones y patronatos son de carácter social y bastante comunes en las siete regiones de la entidad federativa destacando las de servicios religiosos pues son comunes debido a las fiestas patronales. La organización de comités y ejecución de los mismos mantienen las improntas tanto de los pueblos indígenas como de todos aquéllos que intervinieron en la conformación de lo que es la identidad cultural guerrerense contemporánea. (Villela y Ocampo, 2011).
Contexto de la migración guerrense en Chicago, Illinois. Primeras percepciones y afectaciones del Covid-19 al colectivo migrante
De acuerdo con el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), el estado de Guerrero ocupa el lugar 12 en población pues cuenta en su haber alrededor de 3,533,251 habitantes, es decir, 3% de la población total de la República Mexicana. Esta población está compuesta por un 51% de mujeres y un 49% de hombres. Los tres municipios que concentran gran parte de la población son: Acapulco, Chilpancingo y Zihuatanejo (INEGI, 2016).
De acuerdo al estudio monográfico realizado por el Congreso del estado de Guerrero (2013), éste se encuentra compuesto por una población urbana de aproximadamente 58% y 42% de población rural, por lo que las dinámicas laborales se enfocan a los servicios y al sector primario. La dinámica laboral en el estado de Guerrero es reducida, por lo que alrededor de 77 mil personas migran ya sea hacia otra entidad federativa o hacia otro país como Estados Unidos en busca de una mejor condición de vida. De acuerdo con esos datos, el INEGI en sus estudios de 2015 posicionó al estado de Guerrero en lugar 13 como expulsor de migrantes hacia Estados Unidos.
Bajo esa línea de estudio, el INEGI (2015) determinó en sus estudios que la migración mexicana hacia Estados Unidos tiene dos objetivos o motivaciones: 67.7% de la población mexicana migrante se dirige a Estados Unidos para trabajar; mientras que 14,1% se dirige al país del norte a reagruparse con su familia, esos mismos resultados pueden ser aplicables a la migración guerrerense. Sin embargo, las motivaciones son más pues el fenómeno migratorio mexicano hacia Estados Unidos posee más de una centuria y conlleva a una fuerte influencia de factores políticos, geográficos y culturales, además de reconocerse como un flujo migratorio con varios componentes, como el histórico-cultural donde destacan las redes sociales, los entramados familiares y los factores de oferta-atracción en Estados Unidos; y los factores sociales del lugar de origen o factores de expulsión nacional (Ávila, 2000; Durand, 2005, 2007).
De acuerdo con el Instituto de los Mexicanos en el Exterior (IME) de la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE) el colectivo migrante guerrerense es bastante significativo pues suman en todo Estados Unidos aproximadamente unas 800 mil personas (IME, 2017) habiendo tenido su periodo de comienzo durante el Programa Bracero y su auge después de la década de 1970 (Betancourt, 2020; Cassani, 2016). Uno de los principales destinos de los migrantes guerrerenses es la región de los Grandes Lagos.
Chicago forma parte del imaginario mexicano y guerrerense desde inicios del siglo XX (Niño, 2019) y a pesar de la distancia desde el estado de Guerrero hasta la Región de los Grandes Lagos los migrantes mexicanos se han lograron insertar en el mercado laboral de las industrias, como las compañías fundidoras, armadoras de automóviles y empacadoras de carne; aunque estas tendencias han comenzado a cambiar (Durand, 2007). Estadísticamente hablando, el Consejo Nacional de Población (CONAPO) presentó los números del US Census Bureau en su portal oficial que describe que viven alrededor de 677,430 mexicanos en el estado de Illinois representando 35.32% de la población migrante (CONAPO, 2017). Concretamente con el caso guerrerense, Fabián Morales, dirigente de la Secretaría del Migrante y Asuntos Internacional del estado de Guerrero, indicó que dentro del colectivo migrante mexicano existe una población de 350 mil guerrerenses lo cual indica que es el colectivo más representativo teniendo en cuenta tanto a la segunda como a la tercera generación.
La densidad del colectivo guerrerense en Chicago es tal que se le considera como un municipio más del estado de Guerrero ya que la población es tan grande y sólo por debajo del municipio de Acapulco que tiene una población de casi 800 mil personas (Sotelo, 2020; Bustamante 2019; Serrato, 2017, Monge, 2009). No obstante, el estado de Guerrero es de las entidades federativas que recientemente ha iniciado su proceso de migración hacia el norte (Durand y Massey, 2003).
Los estudiosos, para comprender el comportamiento de los flujos migratorios de las entidades federativas hacia Estados Unidos han dividido a México en cuatro regiones dependiendo de su localización y su madurez en el proceso (Durand y Massey, 2003): la primera de ellas es la región tradicional caracterizada por haber comenzado los flujos migratorios a finales del siglo XIX y principios del XX experimentado diversas etapas de maduración del flujo. Los estados son: Aguascalientes, Colima, Durango, Guanajuato, Jalisco, Michoacán, Nayarit, San Luis Potosí y Zacatecas.
La otra región es la norte y es referente a los estados que hacen frontera con Estados Unidos formando una región dinámica, simbiótica y de vecindad, los estados que conforman esta región son: Baja California, Baja California Sur, Coahuila, Chihuahua, Nuevo León, Sonora, Tamaulipas y Sinaloa. La tercera región es la centro la cual posee la particularidad de albergar a la Ciudad de México. Aunque la migración hacia Estados Unidos desde esta zona es importante, ésta se ve disminuida por la megalópolis pues es un gran imán para personas que desean salir de sus entidades federativas en busca de más oportunidades. Los estados que la conforman son: Morelos, Querétaro, Tlaxcala, Puebla, Hidalgo, Ciudad de México y Estado de México. Finalmente la zona sur sureste es la región última en comenzar su flujo hacia el norte comenzando con el inicio Programa Bracero en los años 1960 y la cual es la más distante a comparación de las otras tres. Los estados son: Campeche, Chiapas, Guerrero, Oaxaca, Quintana Roo, Tabasco, Veracruz y Yucatán (mapa 1).
Mapa 1. Regionalización de México
Fuente: Durand y Massey (2003).
El CONAPO y el IME indicaron en su portal oficial que el colectivo mexicano en el estado de Illinois se compone por personas provenientes de los estados de Durango, Jalisco, Michoacán, Guerrero, Estado de México, Ciudad de México, Veracruz, Morelos, Puebla y Guanajuato (CONAPO, 2017; IME 2017). El colectivo migrante guerrerense de Chicago y la periferia se compone mayoritariamente de personas provenientes de la Zona Norte de los municipios de Iguala, Taxco, Teloloapan, Cocula y Huitzuco; de la zona de Acapulco y Atoyac; de la Zona Centro como el municipio de Chilpancingo y las otras regiones pero en una menor cantidad como la Costa Chica, la Tierra Caliente y la Montaña (Betancourt, 2020; Monge, 2009).
La migración guerrerense hacia Estados Unidos es compleja y bastante variada. Los principales destinos que eligen se pueden dividir en cuatro tipos. El primero de ellos es el de proximidad, en este grupo se encuentran los estados fronterizos como Arizona y Nuevo México. El segundo grupo lo complementan los estados de California y Texas que reflejan una migración por proximidad pero también por tradición y por vínculos histórico-culturales. El tercer grupo es la migración por tradición debido a las fuertes redes sociales y sólo está conformado por Illinois. Finalmente el cuarto grupo de nuevos destinos se conforma por los estados de Washington, Nebraska, Nueva York, Carolina del Norte, Carolina del Sur y Georgia. La razón por la búsqueda de nuevos espacios significa una búsqueda de aquello que los lugares de proximidad o de tradición no ofrecen (mapa 2). Así pues, es sabido que el estado de Nueva York es ampliamente conocido por su amplia demanda y oferta de trabajo, así como por ser la ciudad más importante de la costa este de Estados Unidos (IME, 2017; Sandoval, 2008; Leco, 2007).
Mapa 2. Los cuatro tipos de destino de los migrantes guerrerenses en Estados Unidos.
Fuente: IME, (2017); Sandoval, (2008); Leco, (2007).
La migración de guerrerenses y su afincamiento en la zona de Chicago responde a varios factores muy importantes. El cónsul de asuntos comunitarios del consulado mexicano en Illinois, Eduardo Niño (2019) y el ex presidente de la Federación de guerrerenses en Illinois, Etelverto Bustamante (2019) remarcaron algunos de esos factores como: la conexión interracial que existe en la zona, la amplitud y valoración cultural, la omnipresencia del componente cultural mexicano y del mexicano-estadounidense de las generaciones de migrantes. La reagrupación familiar y las facilidades de interconexión o agrupación con otros migrantes por medio de clubes o asociaciones fungen también como imán de atracción. Por último, el factor socioeconómico orientado a la búsqueda de una mejor calidad de vida y la reagrupación familiar son unos de los más importantes en una larga lista de motivaciones.
La comunidad migrante guerrerense localizada en Chicago es bastante definida, reconocida y cuenta con redes sociales bastante fuertes. Las redes sociales de los migrantes cuentan ya con un sistema de acogida bastante activo y organizado. La migración de los guerrerenses a Chicago se considera por tradición ya que el entramado social existente que es bastante grande, transnacional, posee diversos actores.
A Chicago lo consideran una extensión de Guerrero (Bustamante, 2019) pues existen organizaciones guerrerense como la federación, los clubes o asociaciones de migrantes que han logrado hacer ese espacio una comunidad propia y con ciertas semejanzas de la entidad federativa pero con ciertos matices. Aunado a ello, la presencia de tiendas especializadas de productos del lugar de origen, dos barrios de alta concentración de componente mexicano como es el barrio de Pilsen o la Villita[2] y presencia en los barrios de Belmont Cragin, Gage Park, Brighton Park, Logan Square, Humboldt Park, Heart of Chicago, West Lawn, Irving Park, Albany Park y Back of the Yards hacen sentir al guerrerense como en su terruño pero lejos de casa (Betancourt, 2020, Serrato, 2017, Monge, 2009).
El panorama actual de las migraciones hacia Estados Unidos presenta un duro panorama pues se encuentran detenidas por el continuo riesgo de nuevos contagios y la amenaza del aumento progresivo de rebrotes por la nueva enfermedad. Unilateralmente, las medidas de la actual administración del gobierno de Estados Unidos fueron de endurecimiento en el control de los flujos migratorios, en la detención, en la emisión de visados y un cierre parcial de las fronteras terrestres, salvo por circunstancias esenciales y para las deportaciones exprés (Badillo, 2020). Así pues, el número de los cruces fronterizos ilegales, aunque son esporádicos, ha disminuido considerablemente de acuerdo con las autoridades de migración de los Estados Unidos (BBC, 2020). La situación compleja de vivir una nueva normalidad, el trabajo desde casa, el distanciamiento social entre muchas otras afectaciones, han ocurrido a raíz del COVID-19. Para los guerrerenses, al igual que para todos los otros colectivos ha sido un fuerte golpe en distintos frentes: social, psicológico, económico y cultural (Sotelo, 2020).
La vulnerabilidad de los migrantes. Un panorama general
La pandemia de COVID-19 realzó la vulnerabilidad de ciertos sectores de la sociedad, en el caso concreto de Estados Unidos fue la población migrante. El COVID-19 no discriminó a nadie, en los migrantes ha avivado diversas situaciones que fomentaron la vulnerabilidad traducida en miedo al contagio, temor a acudir a los hospitales, deportaciones, actos de discriminación y una infinidad de razones económicas como la pérdida empleos, desalojo forzoso de la vivienda, entre otros. La condición del COVID-19 mostró que alrededor de 6.8 millones de migrantes, de acuerdo con la información de la Current Population Survey (CPS),[3] no tienen cobertura de ningún tipo y alrededor de 4.9 millones son mexicanos (Badillo, 2020).
En palabras de la coordinadora del Programa de Asuntos Migratorios de la Universidad Iberoamericana en la Ciudad de México, en Estados Unidos existe una vulnerabilidad muy grande de los migrantes pues se vive en un sistema de desigualdades y un sistema socioeconómico que no funciona y eso se evidencia en estos tiempos bajo una serie de condiciones de alto riesgo como es la pandemia (Zaragoza, 2020). Así también, el presidente de Fuerza Migrante, en entrevista con la revista Forbes, dijo que la vulnerabilidad de los migrantes es muy fuerte, pero la mexicana aún más pues es el componente migrante más afectado por la pandemia en Estados Unidos por su masividad. También expresó que la pandemia ha afectado en distintos niveles como el de salud y el moral además del claro endurecimiento de las políticas migratorias. Por la parte económica, el Pew Research Center (PRC) indicó que alrededor de 49% de los hogares de origen latino vieron recortados sus ingresos o perdieron sus empleos, los mexicanos incluidos (Navarro, 2020).
La vulnerabilidad de los migrantes irregulares se vio reflejada en el miedo a las detenciones pues ha ocasionado un mayor impacto en la integridad del individuo ya que en los centros de internamiento el procedimiento detención-encierro-deportación conlleva la congregación de personas que pudiesen estar contagiadas. Aunado a ello, la Secretaría de Gobernación (SEGOB) hizo oficial a las entidades federativas e instituciones mediante una tarjeta informativa que existe una especial vulnerabilidad debido a la falta de mecanismo de coordinación eficientes y eficaces entre las autoridades gubernamentales con el personal que brinda atención a los migrantes en los albergues (Padilla, 2020).
Pese a que la mayor vulnerabilidad del colectivo migrante la tienen aquellos que no tienen documentación, todos los migrantes se enfrentan a grades problemáticas de distinta índole, pues no todos son elegibles para acceder a estímulos fiscales, no pueden darse la opción de decidir si salen o no a trabajar pues corren el riesgo de ser despedidos o de contagiarse, y tan sólo 16% de los migrantes latinos pueden realizar su trabajo desde casa, lo cual decanta en desalojos forzados, falta de insumos, falta de alimento o hasta una deportación pues se sabe de las redadas por parte del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE, por sus siglas en inglés) (Badillo, 2020; Sulbarán y Díez, 2020).
El tejido sociocultural como vehículo de construcción de las redes de apoyo
En los diversos trabajos sobre migraciones el tejido sociocultural creado por los migrantes es el resultado de la acumulación de personas del mismo lugar de origen o de otros. El tejido sociocultural es aquél que apoya la movilidad, amplía las posibilidades y oportunidades de bienestar, aporta manutención al proyecto migratorio, fomenta los vínculos entre el lugar de origen y de destino y facilita diversas herramientas para el bienestar del migrante: alimento, hospedaje, transporte o ayuda en la inserción laboral, con el objetivo de apaciguar mas no eliminar la vulnerabilidad (Massey, 1994, 2000).
El tejido sociocultural es el espacio donde se comparten rasgos socio-étnicos entre sus miembros además de elementos como la cultura, las costumbres, los valores y las creencias, es decir, todo el bagaje identitario y cultural (Tamayo, 2008). La fortaleza de las redes sociales está ampliamente comprometida y relacionada con la identidad, pues estas dos van evolucionando constantemente por ser dinámicas y en constante expansión, evolución y construcción (Casas, 2011). Las redes del tejido sociocultural han dado pie a la red de apoyo a migrantes y al engranaje de actores sociales alegando un sentido de pertenencia o lealtad en busca del beneficio de los más necesitados (Alducín, 2011).
Las tradiciones, los valores, las costumbres y otros elementos de la identidad cultural guerrerense son, sin duda, los grandes alicientes del funcionamiento de la red de apoyo que existe en estos tiempos de COVID-19. Los migrantes guerrerenses poseen, dentro de la constitución de su identidad cultural, una importante relación con los oriundos de su región, con otros migrantes y con los locales en el espacio transnacional. Es por ello que las redes sociales humanas son tan extensas y fungen como vehículo para preservar las costumbres y tradiciones, replicando los modelos culturales del estado de Guerrero y trasladándolos hasta el extranjero (Betancourt, 2020).
El paisanaje, la afiliación y la identificación que existe entre los guerrerenses es bastante evidente, pues, el migrante guerrerense prefiere migrar a donde existe un tejido social importante, buscando el parentesco, la amistad o lazo familiar ya que la adaptación sería relativamente más sencilla. (Betancourt, 2020; Bustamante, 2019).
Las redes de apoyo por el tejido social de los migrantes guerrerenses en Chicago
Para Portes (1998) las redes sociales son una estructura de conexiones que fomentan la cooperación entre las personas que pertenecen a diversos grupos y que manifiestan confianza, reciprocidad, amistad y solidaridad con la finalidad de satisfacer necesidades reales. Para entrar de lleno en las redes de apoyo es necesario reconocer a sus actores y acciones que han ejecutado durante el tiempo de pandemia (figura 1).
La sociedad civil. La red tejida entre los mismos migrantes
La relación social más cotidiana de/entre los actores del tejido social es la de la sociedad civil que conlleva a dos tipos de relación, la del migrante con su lugar de origen y la del migrante con su lugar de residencia. En ambos casos, esa red o campo de acción se ve mucho más activa en tiempo de contingencia, como se ha experimentado en lo que va de 2020 (Betancourt, 2020).
La relación migrante con las redes sociales posee diversos campos de análisis: el afectivo, el psicosocial y el socioeconómico. Por la parte afectiva, Massey (1994) considera que las redes de apoyo entre migrantes o con las personas del lugar de origen crean lazos interpersonales y fuertes vínculos familiares, de amistad o de aprecio a la comunidad conectados entre sí. En cuanto a lo psicosocial, Durand (2007) menciona que el ingrediente de la identidad étnica logra explicar el enramado de las redes sociales así como las relaciones de parentesco, amistad o paisanaje.
Por otro lado, el socioeconómico indica que la red social que vincula al migrante con el lugar de residencia se mantuvo mucho más activo en los tiempos de pandemia. De acuerdo con las estadísticas actualizadas del Banco Mundial (BM) las remesas que se han enviado hacia México tienen un crecimiento exponencial (BM, 2020). En el primer semestre de 2020 y en pleno aumento de la pandemia, México recibió alrededor de 19,074.92 millones de dólares, es decir, alrededor de 10.55% más comparado con el año anterior de acuerdo a los análisis del BM y del Banco de México (Forbes, 2020).
Sotelo (2020), menciona que el aumento de las remesas responde al interés de buscar el bienestar, apoyo familiar así como fortalecer el vínculo en el entramado social. En el caso concreto de los migrantes guerrerenses, las cifras del BM mostraron que en el primer semestre de 2019 se enviaron 858.7 millones de dólares mientras que en 2020 existió un aumento a 924.6 millones de dólares (BM, 2020).
De acuerdo con Betancourt (2020) y Bustamante (2019) los guerrerenses afincados en los Estados Unidos han siempre sido muy activos. No obstante, la nueva normalidad ha frenado bastante el nivel de actividad, aunque desde distintas instancias se han organizado eventos sociales virtuales para la recaudación de fondos, acopio de víveres, difusión de información para los nuevos migrantes y orientación para la obtención de beneficios y estímulos fiscales.
Los clubes, asociaciones, federaciones, ONG y empresas
Los clubes, asociaciones, federaciones y ONG son actores institucionales que han participado en el entramado social y que han demostrado su importancia en los tiempos del COVID-19 pues han realizado diversas actividades como la colecta de recursos y otras actividades en beneficio de los migrantes más necesitados (imagen 1). Estos organismos cumplen diversos objetivos como el de reunión y afiliación pero también el de apoyo a la comunidad. En los primeros meses de 2020 la Federación fungió como un centro de acopio de víveres pues muchos guerrerenses quedaron desempleados por la pandemia y algunos quedaron aislados en sus viviendas (Bustamante, 2020).
En el caso de la Federación de guerrerenses en Chicago, constituida desde 1985 con la finalidad de organizar al centenar de clubes que ya existían (Peláez, 2002), ésta ha apoyado desde antes de la pandemia a aquellos guerrerenses que más lo necesitaran con orientaciones para la obtención de documentos, apoyo a conseguir un trabajo y vivienda dignos, etcétera. Sin embargo, aunque muchos guerrerenses no se encuentran afiliados a los clubes o a la Federación, estas organizaciones apoyaron en el acopio y repartición de más de mil despensas coordinadas por el presidente de este organismo y la mesa directiva durante el periodo más álgido de la pandemia (Morales, 2020).
Imagen 1. La Federación de guerrerenses convertida en centro de acopio y distribución de despensas
Fuente: Federación de guerrerenses en Chicago, Canal de Facebook (2020).
La actividad económica de emprendedores y empresarios guerrerenses no se detuvo sino que buscó diversas estrategias para continuar con el flujo de recursos hacia sus familiares en Guerrero y apoyando a las diversas iniciativas de la sociedad civil en Chicago. Los emprendimientos de los famosos take away o el uso de las redes sociales virtuales y el internet con diversas promociones y descuentos hicieron que los negocios funcionaran a puertas cerradas y que se pudiese seguir trabajando, aunque con bastantes limitaciones. Cabe destacar la sinergia con la Federación pues los restauranteros guerrerenses apoyaron los llamados a los acopios o al envío de comida caliente a adultos mayores o aquéllos que no pudiesen obtener recursos para alimentos (Sotelo, 2020).
El Gobierno del estado y la Secretaría de Migrantes y Asuntos Internacionales. La alcaldía Chicago
Una de las grandes acciones de la red de apoyo que ha dado frutos se encuentra en la sinergia de tres actores en esta amplia red de apoyo: la sociedad civil de migrantes guerrerenses, la Federación o los clubes y el gobierno del estado pues existen programas sociales previos a la pandemia que forman parte de la red de apoyo, por ejemplo el Programa 2×1[4] que ha comenzado a reactivarse paulatinamente conforme avanza la nueva normalidad. El programa funge como un motor y promotor del tejido social para no perder el vínculo con el terruño (Morales, 2020). El programa ha resultado ser una eficiente herramienta en la que los migrantes crean fondos y recursos para el mantenimiento de las comunidades de origen (Sotelo, 2019).
El segundo programa es uno de los grandes logros de varios años de lucha de los migrantes (Sotelo, 2019). Uniendo Corazones[5] consiste en realizar un reagrupamiento familiar temporal de los familiares de los migrantes, sin importar su situación. El secretario de Migrantes y Asuntos Internacionales afirmó que el programa es el más gratificante que existe pues consiste en procurar el tejido social de los migrantes. El secretario explicó también que el programa de Uniendo Corazones sobrepasó la frontera gracias a un diálogo del gobierno de Guerrero con el gobierno estadounidense que consiste en obtener visados para apoyar a los familiares directos de los migrantes para poder visitarlos de manera temporal, lo cual fomenta el arraigo familiar y que no se pierda el vínculo y se fortalezca la red social (Morales, 2020).
Así también, el gobierno del estado a través de la otrora Secretaría de Desarrollo Social (SEDESOL) y en colaboración con la Secretaría de Asuntos Migrantes y Asuntos Internacionales emprendieron un programa social desde 2011 de becas a estudiantes, pensiones para personas mayores y repatriación de restos (Espinosa, 2011). Los programas sociales previamente descritos estuvieron detenidos por algunos meses y han comenzado a reactivarse en la media de lo permisible debido a la nueva normalidad. Betancourt (2020) explicó que el programa de la repatriación de restos de los migrantes guerrerenses es un programa lento y que ahora se ha visto disminuido por la pandemia, pero sí ha logrado repatriar algunos restos de fallecidos por COVID-19.[6]
Existen otros programas dentro de la red de apoyo que aún son muy jóvenes y que requieren fortalecimiento así como de elaboración de políticas nuevas para los deportados o repatriados, para los migrantes de tránsito y para los jornaleros agrícolas. El trabajo del gobierno del estado no ha parado y ha comenzado a entablar diversas herramientas para beneficio de los más vulnerables y para llevar a cabo dichos programas (Sotelo, 2020).
La existencia de una oficina que representa al gobierno del estado en Chicago ha sido también un gran aliciente para el beneficio de los migrantes y más para aquéllos que no tienen documentación pues la principal función de la oficina se basa en la emisión de documentación de identidad. La finalidad de la oficina de representación del gobierno también es ser un importante instrumento de vinculación entre los guerrerenses y su gobierno, así como mantener en orden todo tipo de documentación que el migrante pudiese solicitar o requerir (Sotelo, 2020).
En las instancias de la alcaldía de Chicago, es importante destacar la respuesta que han tenido los servicios de salud de la ciudad pues los hospitales, según el representante del estado de Guerrero en Chicago, recibieron en dotación varios ventiladores para aquéllos que más lo requirieran. Asimismo, recalcó que en la ciudad los migrantes guerrerenses de manera indocumentada se verían apoyados también por el gobierno del estado de Guerrero a través de su oficina de representación.
Algunas de las ayudas de la alcaldía de Chicago consistieron en la repartición de víveres o artículos de primera necesidad y, sobre todo, comida, así como la difusión de las diversas herramientas que aparecerían en conjunción de diversos actores sociales para el beneficio de los migrantes sin importar el estatus migratorio. De igual manera, se detalló que el gobierno de Estados Unidos y la alcaldía de Chicago ofrecerían distintos tipos de apoyo a los migrantes que más lo necesitaran como aquéllos que tienen una situación irregular (Chávez, 2020).
El consulado
Uno de los grandes organismos bastante activos en la zona es el Consulado mexicano en Illinois. El consulado, al pertenecer a una amplia red de oficinas del gobierno federal en Estados Unidos, tiene diversas herramientas que ha puesto a disposición de los migrantes mexicanos e incluso algunas especializadas para aquellos en situación irregular. De acuerdo con la información en el portal del consulado, en temporadas de alta demanda éste permite horarios vespertinos y matutinos e incluso sabatinos (Niño, 2019). En el caso del Consulado en Illinois, la atención que ofrecen en las oficinas mediante citas comenzó a normalizarse a partir del mes de junio adaptándose a las nuevas normativas exigidas por la ciudad de Chicago y a las normas sanitarias vigentes. Debido al exceso de carga de trabajo el consulado habilitó citas y trabajo en doble turno, también existen ocasionalmente las jornadas sabatinas que se activan cuando se observa una creciente necesidad de expedición de documentaciones, actas, pasaportes, etcétera.
Otra de las grandes herramientas de la red de apoyo es el consulado móvil. El cónsul de asuntos comunitarios, Eduardo Niño, mencionó que es una de las grandes iniciativas para dar cobertura, información y documentación a los mexicanos que no se encuentran cerca de Chicago sino en sus periferias. El consulado tiene una carga de trabajo muy grande pues es el segundo más grande sólo sobrepasado por el de Los Ángeles en California, y es el consulado móvil más usado por los migrantes que no tienen papeles y que temen adentrarse en la ciudad (Niño, 2019).
De acuerdo con el cónsul de asuntos comunitarios, la vulnerabilidad de los migrantes mexicanos es bastante alta, aunque la zona del Medio Oeste cuenta con una gran comunidad que tiene documentos en regla y tiene un estatus regular; sin embargo, es creciente la comunidad que no lo tiene y que teme ser deportada por acercarse a las dependencias, es por ello que el consulado móvil es el medio de acercamiento entre la comunidad migrante y el gobierno para ofrecer algún tipo de ayuda o herramienta (Niño, 2019).
De acuerdo con la información que se proporciona en el portal oficial del Consulado, el consulado móvil realiza citas por medio de internet o vía telefónica para la obtención de documentación, pues el poseerla facilita la posesión de identidad de un individuo en caso de que ocurra algún incidente de deportación o cualquier eventualidad. Así pues, el consulado informa por redes sociales y por el portal las ciudades y los días en los que se encontrará dando el servicio para que la red de apoyo brinde la cobertura necesaria.
Otra de las herramientas ejecutadas por el consulado para aquellos migrantes en situación de vulnerabilidad fue la ofrecida para repartir despensas en las inmediaciones de las oficinas consulares (imagen 2). La actividad se realizó en días específicos por parte del consulado mexicano en colaboración con diversas organizaciones y fundaciones y algunas dependencias de la alcaldía de Chicago. Se hicieron entregas de despensas de acuerdo con el número de familiares y sin la necesidad de presentar una identificación. La funcionalidad de las redes sociales virtuales tales como Facebook, Twitter e Instagram sirvieron para dar avisos a la comunidad para que estuviese informada de cualquier eventualidad (Chávez, 2020).
Imagen 2. Actividad de entrega de despensas a migrantes en Chicago
Fuente: Consulado mexicano en Illinois, canal de Facebook (2020).
El consulado mexicano en Illinois también creó una guía de información con avisos sobre diversas herramientas para los migrantes mexicanos sin importar su situación migratoria. La guía creada por el consulado brinda información actualizada sobre diversas herramientas como la obtención de ayudas en efectivo o programas sociales para quienes no pudieron acceder a los fondos y estímulos federales (imagen 3).
En la guía también se encuentra una lista de recursos y servicios sobre apoyos financieros, económicos, de crédito a empresas, restaurantes y para acceder a los apoyos de las ONG. Asimismo, existe un apartado para aquéllos que fueron despedidos durante la pandemia o que están buscando oportunidades laborales, así como un apartado para los migrantes que se encuentran en riesgo de ser desalojados o que no pueden cubrir las rentas. La guía también indica una red de apoyo que ofrece servicios de bancos de alimentos destacando la participación de la Universidad de Chicago, el Departamento de Servicios Humanos de Illinois y de la Fundación Children First (Consulado Mexicano, 2020).
Imagen 3. Guía de recursos y servicios para Illinois
Fuente: Consulado mexicano (2020).
En la guía aparece un apartado exclusivo para la población más vulnerable como los adultos mayores. El índice de recursos del consulado informa sobre la creación de una red de apoyo para hacer envíos de comida a domicilio en diversos puntos de las periferias de Chicago y en otras pequeñas ciudades. La Secretaría de Migrantes de Guerrero y otros actores de la red de apoyo sumaron esfuerzos en la difusión de las herramientas de salud que pudo conjuntar el consulado y que se encuentran inscritas dentro de la guía de ayuda informando sobre diversas herramientas para hacerse pruebas de COVID-19, así como de un detallado directorio de servicios médicos especializados para personas en situación irregular e información de cadenas de farmacias que permiten envío de medicamentos a bajo costo o sin cargo por envío y servicios telefónicos para atención al COVID-19 y de apoyo emocional sin discriminar el estatus legal del migrante y para menores de edad. Finalmente, existe un apartado para las escuelas y para la asistencia legal destacando instituciones para apoyo en violencia doméstica, asesoría laboral, migratoria y civil.
Reflexiones finales. Las redes sociales de apoyo a migrantes guerrerenses en tiempos de COVID-19
La situación actual de COVID-19 dejó en evidencia la vulnerabilidad de varios grupos sociales, principalmente a los migrantes. En el caso concreto de la ciudad de Chicago y de su periferia el componente mexicano fue uno de los que más impacto tuvo ante esta pandemia como lo han indicado los expertos. Las redes sociales guerrerenses, que tienen su base en el contexto de la identidad cultural han demostrado que son muy activas por dos motivos: el primero corresponde a la masividad o cantidad de personas migrantes pues existen más de 350 mil en Chicago; el segundo motivo es por las acciones de los distintos actores como la sociedad civil, las asociaciones, federaciones, empresas, ONG o instituciones gubernamentales.
Aunque sí se reconoce que existe una alta vulnerabilidad en los migrantes, que existe un sistema de desigualdad y que el sistema socioeconómico muestra deficiencias (Zaragoza, 2020) el entramado social entre los migrantes sí ha logrado amortizar el impacto de la pandemia como mencionan las teorías de Massey sobre el objetivo de las redes sociales de los migrantes. El caso mexicano que engloba al guerrerense, ha denotado una buena presencia de actores sociales dentro de las redes sociales para reducir los impactos ante las contingencias (Massey ,2000; Zenteno, 2000). En eventualidades como la del COVID-19 se ha visto que la red de apoyos ha reducido el impacto de la contingencia de una manera más o menos eficiente, logrando beneficiar a los grupos más vulnerables pero aún con una cobertura limitada.
Resulta interesante notar que los actores de la red de apoyo no fueron creados en tiempos del COVID-19 sino que son anteriores. Sin embargo, eso no quiere decir que no hayan tenido ya un plan de acción en caso de una contingencia. Lo que es observable es que se ha experimentado un periodo de aprendizaje muy importante pues han tenido que trabajar bajo una nueva normalidad y bajo un panorama que nadie esperaba. La eficiencia de la red de apoyo ha mostrado tener una cobertura amplia pero no ha logrado cubrir la totalidad de la población vulnerable debido a la masividad de los colectivos. Es importante notar que las redes sociales y la red de apoyo no han parado ni en el momento más álgido de la pandemia. La labor de miles de mujeres, hombres e instituciones parece no cesar para dar esa cobertura a quien más lo necesite.
De acuerdo con Betancourt (2020), Bustamante (2019), Sotelo (2020) y Morales (2020) los guerrerenses poseen diversas características que los diferencian de otros colectivos pues ellos son aguerridos ante cualquier situación adversa, se preocupan por el bienestar de sus semejantes y tienen una gran capacidad de organización y de trabajo bajo improvisación, además de poseer un compromiso con el deber muy alto debido al pasado histórico cultural que conforma su identidad étnica.
El diferenciador del entretejido social de los guerrerenses en Chicago es indiscutiblemente su sociedad civil migrante pues el paisanaje, los lazos familiares y de filiación la hacen única frente a las otras entidades federativas o de otros colectivos migrantes que viven en el espacio transnacional. Es necesario señalar que las redes de apoyo del colectivo mexicano tiene un tronco común como la presencia de los clubes o asociaciones, la participación del gobierno estatal, del gobierno federal y de su red de consulados y de la participación de las alcaldías o gobiernos estadounidenses.
Aunque la situación del COVID-19 sigue siendo adversa (Zaragoza, 2020), la red de apoyo ha tenido un desempeño más o menos exitoso: por un lado, algunos migrantes con estatus regular pudieron tener acceso a asesorías legales, ayudas psicológicas y hasta estímulos fiscales federales y estímulos provenientes de la oficina de la alcaldía de Chicago, esto logrado gracias a los luchadores sociales en beneficio de las sociedades migrantes que también participan con el pago de sus impuestos y procurando ese tejido social o redes sociales humanas.
Por el otro lado, los migrantes de estatus irregular quienes, tal vez no pudieron conseguir los estímulos fiscales, tienen a su disposición varios servicios de apoyo especializados como servicios médicos, bancos de alimentos, programas sociales por parte del estado de guerrero, entre otros; faltará evaluar los proyectos y observar que tan eficientes resultan o no. En ambos casos, son las comunidades migrantes las que han logrado que el tejido social de apoyo en un espacio trasnacional sea tan grande y que eso incentive a los diversos niveles de la red de apoyo a trabajar en sinergia pues la pandemia ha venido a cambiar las rutinas de vida y ha dejado a la vista de la sociedad las deficiencias y debilidades que se tienen en el sistema contemporáneo.
Finalmente, es necesario reconocer que la desinformación ha sido uno de los grandes obstáculos de las redes sociales, de las redes de apoyo así como el funcionamiento de ambas. La desinformación siempre ha sido uno de los principales ejes negativos para que las redes sociales humanas no fructifiquen o no puedan expandirse de una manera correcta. Existen casos de desconocimiento sobre la existencia de diversas herramientas de esa compleja red de apoyo como los servicios legales, apoyo para evitar desalojos de viviendas, comedores comunitarios, o las organizaciones o fundaciones que ofrecen ayudas en efectivo o apoyo para mantener a flote empresas como los restaurantes.
Será interesante ver si en el corto y mediano plazo surgen nuevas herramientas que se sumen a la red de apoyos o que las existentes se hagan más eficientes para cubrir las necesidades de los migrantes, pues los tiempos difíciles de COVID-19 aún no terminan y todavía se recienten los efectos sociales y económicos en el desarrollo social mundial en general. A manera de recomendación, sería interesante el análisis de la red de apoyos en periodo de pandemia de las otras entidades federativas pues con ello se podrían observar puntos de oportunidad en el caso de alguna otra contingencia o en el perfeccionamiento de las redes de apoyo o en el la creación de nuevas políticas públicas.
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Entrevistas
- Betancourt, J. (24 agosto 2020). Comunicación personal vía correo electrónico. Chilpancingo, México.
- Bustamante. E. (30 de agosto 2020) Comunicación personal y comunicación vía telefónica. Chicago, EEUU.
- Bustamante. E. (19 julio 2019) Comunicación personal. Chicago, EEUU.
- Familia Marroquín. (18 septiembre 2020). Comunicación persona vía Skype. Chicago, EEUU.
- Familia Marroquín. (22 marzo 2020). Comunicación persona vía telefónica. Chicago, EEUU.
- Morales, F. (26 febrero 2020). Comunicación personal. Ciudad de México, México.
- Niño. E. (19 julio 2019). Comunicación personal. Chicago, EEUU.
- Sotelo, E. (21 marzo 2020). Comunicación personal vía telefónica. Chilpancingo, México.
[1] De acuerdo a los estudios realizados por el INEGI, CONAPO y a entrevistas realizadas a la Secretaría del Migrante y Asuntos Internacionales del estado de Guerrero, los migrantes localizados en la zona de Chicago son provenienes de la Región Norte, de Acapulco y de la zona Norte.
[2] Conocida también como “Little Village”, la Villita es el segundo centro económico y neurálgico de la ciudad de Chicago y su periferia después de la Magnificent Mile en el centro de la ciudad. La Villita, localizada mayormente en la calle 26th es un conjunto de diversos locales genéricos y especializados en mercancía mexicana, restaurantes, tiendas de abarrotes y negocios de envío de remesas.
[3] Encuesta de Población Actualizada de los Estados Unidos.
[4] Antiguamente el programa se llamaba 3×1 porque existía la intervención del gobierno federal. Sin embargo, a la entrada de la nueva administración federal, ésta decidió eliminar su participación quedando el programa sólo con el apoyo del gobierno del estado de Guerrero y los migrantes.
[5] El programa Uniendo Corazones vigente en la actual administración del gobierno del estado de Guerrero es una réplica del programa existente en el estado de Zacatecas, quien es pionero en esta política pública.
[6] La red de apoyo por el estado de Guerrero creado en conjunto por diversos organismos del gobierno mexicano como la Secretaría de Relaciones Exteriores, el consulado mexicano en Illinois, Aeroméxico y otros actores, han permitido, hasta la fecha, que se lograran repatriar 3 restos de fallecidos por COVID-19 (Zamora, 2020). Aunque se estima que son mucho más los fallecidos por esta enfermedad, los restos de aquéllos que pueden ser repatriados son enviados en urnas con cenizas hacia Nueva York para después enviarlas a México, dependiendo de la entidad federativa de acuerdo con Reyna Torres Mendivil (Cónsul general de México en Chicago).
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Licenciado en Comercio Internacional por el Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Monterrey (ITESM), México. Maestro en Migraciones Internacionales Contemporáneas por la Universidad Pontificia Comillas (COMILLAS), España. Actualmente es Doctorando del Programa Internacional en Migraciones Internacionales y Cooperación al Desarrollo en la misma institución. Líneas de investigación: identidad y cultura. Contacto. rsalgado@comillas.edu.