Reseña: Harpaz, Y. (2019). Citizenship 2.0: Dual Nationality as a Global Asset

Segunda época, número 13, enero-junio 2022, pp. 224-227.

Fecha de recepción: 22 de octubre de 2021.
Fecha de aceptación: 07 de abril de 2022.

Autor: Victor Patricio Verde Neri.1

Harpaz, Y. (2019). Citizenship 2.0: Dual Nationality as a Global Asset. New Jersey: Princeton University Press. 204 pages. ISBN: 9780691194059.

Parece ser que la globalización sigue confirmando las tesis weberianas en torno a la creciente racionalización y demistificación del mundo (Weber, 1979). En la actualidad observamos que no sólo los conceptos religiosos son sometidos a este proceso, sino que incluso conceptos modernos como el de la “comunidad nacional” se ven asediados por una actitud instrumental que le quita a la ciudadanía su aura solemne.  En este contexto, el trabajo de Yossi Harpaz es un insumo de gran relevancia para abonar a la discusión sobre las nuevas modalidades y oportunidades que los cambios en el uso y adquisición de la ciudadanía han abierto en nuestros días.

Harpaz es profesor de Sociología en la Universidad de Tel-Aviv y su producción académica se enfoca en los cambios alrededor de la institución de la ciudadanía, así como su impacto en la identidad nacional y la desigualdad global. Utiliza un amplio rango de métodos y datos como estadísticas, entrevistas y análisis comparativo-históricos para explorar las nuevas formas que ha adoptado la membresía nacional en nuestro mundo globalizado.  El libro en cuestión representa la culminación intelectual de al menos ocho años de trabajo sobre el tema y desarrolla ideas que el autor había adelantado ya en distintos artículos (Harpaz, 2015, 2019).

Las conclusiones principales del libro plantean nuevos campos de inteligibilidad a una discusión que, gracias al trabajo de Marshall (1964), le ha dado una importancia capital al concepto de ciudadanía. De esa discusión surgieron dos puntos de vista encontrados. El primero argumenta que, conforme grupos excluidos obtienen derechos sociales y políticos a través de la lucha social, la ciudadanía se expande y se vuelve cada vez más valiosa. En articulación con los procesos recientes de movilidad demográfica, mucha tinta se ha derramado desde los años 1990 para teorizar sobre nuevos conceptos de ciudadanía que estén a la altura del ideal cosmopolita de una sociedad global, equitativa e incluyente, esto es, la ciudadanía global (Falk, 1994), mundial (Heater, 1996), posnacional (Soysal, 1994), etcétera.

El segundo punto de vista se refiere más bien a la erosión que ha sufrido el concepto de ciudadanía en las últimas décadas. Originalmente, con la emergencia del Estado-nación como modelo de organización sociopolítico, la calidad del ciudadano como miembro de la comunidad nacional exclusiva se planteó como una relación “sagrada” que debía ser fuertemente vigilada (Spiro, 2016). Por ello, autores preocupados por el carácter solemne de la ciudadanía han sido arduos críticos de esta supuesta expansión de la ciudadanía. Su argumento principal es que a medida que la ciudadanía se vuelve más incluyente, los criterios de su adquisición se vuelven más laxos. Esto, en turno, desvaloriza el carácter exclusivo de la ciudadanía y la vuelve cada vez más trivial, especialmente en contextos de migración y naturalización (Schuck y Smith, 1985). Supuestamente, la relación del individuo con la comunidad nacional se comienza a resquebrajar y con ello la consciencia de sus obligaciones también.

A partir de la globalización y la implementación de las políticas públicas neoliberales, desde los años 1990 los gobiernos se han planteado nuevas problemáticas de gobierno (Ragazzi 2009; Rose and Miller 1992) para influir de distintos modos en poblaciones cada vez más móviles. Esto ha provocado cambios en las leyes de nacionalidad/ciudadanía que han permitido la existencia creciente de la doble nacionalidad (Spiro, 2016). Por ejemplo, debido a los cambios demográficos en Europa, países como España e Italia han facilitado la herencia de la ciudadanía a través de más generaciones para incluir poblaciones de países latinoamericanos (Cook-Martin, 2015). Todo esto ha hecho posible que individuos puedan acceder al estatus de ciudadano en países que realmente nunca han visitado (y quizá no tengan intensión de conocer).

Sobre estas discusiones, muchos de los puntos de vista mencionados parten de una visión especulativa y normativa. Realmente, poca atención se ha prestado a las prácticas reales de los actores sociales que están en condiciones de cruzar las fronteras, tanto reales como legales, y practicar formas insólitas de la ciudadanía. ¿Cómo ellos entienden la ciudadanía? ¿Cuál es su experiencia? El libro de Harpaz busca contribuir a esta ausencia de material empírico, y su respuesta integra, de un modo crítico, todas estas perspectivas.

El autor parte principalmente de la problemática desarrollada por Shachar (2009), quién argumenta que existe una fuerte desigualdad global con respecto a los beneficios que cada ciudadanía otorga a sus portadores. Las ciudadanías de los países desarrollados ofrecen una amplia gama de beneficios claramente superiores a aquellos de los países en vías de desarrollo. Esto provoca una estratificación global donde no sólo hay una escala de países en términos de su condición económica, sino también en términos de la calidad de su ciudadanía. Por consiguiente, esto ha creado un sistema de desigualdad global basado en el valor diferenciado de las ciudadanías.

Harpaz toma esto como punto de partida y busca desarrollar un marco empírico a través del cual probar estas tesis. El autor propone un indicador (Citizenship Quality Index) que informa sobre el valor intrínseco de cada ciudadanía en función de tres factores: 1) oportunidades económicas, 2) seguridad y 3) derechos civiles y políticos. A través de un análisis cuantitativo, se plantea una división de ciudadanías en tres niveles (tiers): un nivel bajo, que coincide en gran medida con los países que tienen índices de desarrollo bajo; un nivel medio, que corresponde a países de desarrollo medio; y finalmente un nivel alto en el cual encontramos a los países desarrollados, cuya ciudadanía se encuentra en el punto más alto en la escala global de valor.

Como consecuencia de esta desigualdad global, esta teoría predice que, si los países del nivel alto abren vías para la adquisición de la ciudadanía, este estatus se vuelve un bien global preciado al que distintos sectores de países en vías de desarrollo buscarán acceder estratégicamente. Esto significa que, dentro del contexto de la aparición de estas oportunidades globales, los sujetos sociales adoptan una actitud instrumental hacia la ciudadanía. Así, lejos de factores sentimentales, culturales, simbólicos o políticos, lo que opera en la mayoría de las personas que buscan adquirir una segunda ciudadanía es la racionalidad instrumental.

Las conclusiones principales del autor se sostienen con evidencia empírica convincente. El primer conjunto de evidencia se presenta en la forma de censos de trece países donde resulta evidente que la mayoría de los solicitantes de ciudadanía en los países del “nivel alto” tienen como primera ciudadanía aquélla de un país de nivel medio o bajo. Se muestra además una tendencia complementaria: los ciudadanos de países de “nivel alto” tienen un interés ínfimo por adquirir la ciudadanía de países de nivel medio o bajo.

Además de esta evidencia estadística, se ofrece evidencia cualitativa en la forma de tres casos específicos: el caso de serbios que adquieren la nacionalidad húngara; el caso de una élite de mexicanos del norte que cruzan la frontera para que sus hijos nazcan en Estados Unidos; y el caso de israelíes que solicitan la ciudadanía alemana o estadounidense. A través de entrevistas, Harpaz indaga las razones por las que estos actores, en estas tres regiones tan disímiles, buscan obtener esa segunda ciudadanía. Lo que encuentra son regularidades bastante notables. Todos remiten a los beneficios y oportunidades que dicha ciudadanía puede otorgarles a ellos y su familia.  En muy rara ocasión remiten a un lazo étnico, sentimental o histórico con aquella nación de la que buscan hacerse miembros.

Si bien los resultados de Harpaz son convincentes, representan uno de los primeros acercamientos globales y sistemáticos al universo de los ciudadanos múltiples. Por ello, este libro es un primer paso que plantea toda una agenda de investigación más amplia de trabajo aún no realizado. Por ejemplo, su propuesta se limita a indagar sobre el proceso de adquisición de ciudadanía, ¿qué sucede en los casos donde la doble ciudadanía se tiene desde el nacimiento?, ¿qué significados puede producir?, ¿tiene algún impacto en sus vidas diarias? Otro orden de preguntas podría ser: ¿qué sucede con aquellos individuos con ciudadanía múltiple en momentos de coyuntura social donde emergen conflictos nacionales entre los países de los que son ciudadanos?

Por otro lado, podemos matizar la conclusión de Harpaz sobre la creciente instrumentalización de la ciudadanía si consideramos que, aunque los motivos de adquisición son estratégicos, esto no excluye la posibilidad de que el trámite pueda convertirse en un hecho social. Es posible que el proceso se vuelva un rito de pasaje lleno de significados, tanto afectivos como simbólicos, ¿cómo investigar esta dimensión? Estas preguntas están en el aire como problemas de investigación sumamente vigentes.

A fin de cuentas, la problemática de los ciudadanos múltiples no es menor. De acuerdo con Mateos (2019), México tiene la población de dobles nacionales más grande del mundo, compuesta por al menos 15 millones de personas. Esto se debe principalmente a la historia migratoria del flujo México-Estados Unidos, así como a las transformaciones en las leyes de nacionalidad y naturalización en ambos países. Este colectivo se ha hecho cada vez más grande desde la aprobación en los años 1990 en México de la ley de no pérdida de nacionalidad, y se hará más grande de ahora en adelante debido a la aprobación de las modificaciones a la ley de nacionalidad que entraron en vigor en mayo de 2021. Estas nuevas modificaciones permiten la transmisión ilimitada de la nacionalidad mexicana a través de la herencia (Ramos, 2021). Mientras este grupo crezca, será imperativo estudiarlo desde distintos puntos de vista disciplinarios.

Finalmente, retomando las tesis de Harpaz, podría ser fructífero entender esta actitud de levedad hacia la segunda ciudadanía en relación con las teorías de la globalización que anunciaron el fin de las narrativas nacionales en función del discurso global (Beck, 2006). ¿Cómo entender este proceso de desnacionalización frente a la emergencia y exacerbación de los nacionalismos que se han observado en los últimos cinco años? (Joppke, 2021). Curiosamente, estos esfuerzos nacionalistas se han manifestado contrarios a actitudes como las que Harpaz describe: en contra de la migración y la intervención externa, y a favor de fortalecer las fronteras reales y simbólicas de la nación. Esto plantea una serie de contradicciones que requieren explicación: ¿cómo produce la globalización estas tendencias contrarias? El texto de Harpaz nos hace reflexionar sobre estas paradojas para buscar explicaciones cada vez más finas sobre los mecanismos específicos que condicionan la subjetividad política y los diferentes aspectos de la migración en nuestro tiempo actual.

Referencias bibliografícas

  • Beck, U. (2006). Cosmopolitan Vision. Cambridge: Polity Press.
  • Cook-Martin, D. (2015). “El Pasaporte Del Abuelo: Orígenes, Significado y Problemática de La Ciudadanía Múltiple.” En Mateos, P. (Ed.). Ciudadanía múltiple y migración: Persepctivas latinoamericanas. Ciudad de México: CIDE-CIESAS.
  • Falk, R. (1994). “The Making of Global Citizenship”, en B. Van Steenbergen (ed.), The Condition of Citizenship. Londres: Sage. pp. 42-61.
  • Harpaz, Y. (2015). “Ancestry into Opportunity: How Global Inequality Drives Demand for Non-Resident European Union Citizenship”. Journal of Ethnic and Migration Studies. Vol. 31. No. 13. pp. 2081-2104.
  • Harpaz, Y. (2019). “Compensatory Citizenship: Dual Nationality as a Strategy of Global Upward Mobility”. Journal of Ethnic and Migration Studies. Vol. 45. No. 6. Pp. 897-916.
  • Heater, D. (2002). World Citizenship: Cosmopolitan Thinking and its Opponents. Londres: Continuum.
  • Mateos, P. (2019). “The Mestizo Nation Unbound: Dual Citizenship of Euro-Mexicans and U.S.-Mexicans.” Journal of Ethnic and Migration Studies. Vol. 45. No. 6. pp. 917–38. DOI: 10.1080/1369183X.2018.1440487.
  • Marshall, T.H. (1964). Citizenship and Social Class. Cambridge: Cambridge University Press.
  • Ragazzi, F. (2009). “Governing Diasporas.” International Political Sociology. Vol. 3. No. 4. pp. 378–97. DOI: 10.1111/j.1749-5687.2009.00082.x.
  • Ramos, M. (2021) “Ciudadanía mexicana se podrá transmitir de forma ilimitada a las generaciones nacidas en el exterior”. The Dallas Morning News. Recuperado de: https://www.dallasnews.com/espanol/al-dia/2021/07/22/ciudadania-mexicana-se-podra-transmitir-de-forma-ilimitada-a-las-generaciones-nacidas-en-el-exterior/.
  • Rose, N., y Peter, M. (1992). “Political Power beyond the State: Problematics of Government”. The British Journal of Sociology. Vol. 43. No. 2. pp. 173–205.
  • Schuck, P.H., y Smith, R. M. (1985). Citizenship without Consent: Illegal aliens in the American Polity. New Haven: Yale University Press.
  • Shachar, A. (2009). The Birthright Lottery: Citizenship and Global Inequality. Cambridge: Harvard University Press.
  • Soysal, Y. N. (1994). The Limits of Citizenship. Chicago: University of Chicago Press.
  • Spiro, P. (2016). At Home in Two Countries: The Past and Future of Dual Citizenship, Nueva York: NYU Press.
  • Weber, M. (1979). El político y el científico. Madrid: Alianza.

 

  1. Mexicano. Licenciado en Psicología por la Universidad Autónoma Metropolitana Unidad Xochimilco (UAM-X), México, y Licenciado en Filosofía por la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), México. Actualmente es estudiante de la Maestría en Sociología Política en el Instituto de Investigaciones Dr. José María Luis Mora. Líneas de investigación: migración y ciudadanía múltiple. Contacto: vverde@institutomora.edu.mx.